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13.02.2018

Intensificación del valor añadido mediante el producto del futuro CLT

Produktion im CLT-Werk Schlitz der Pfeifer Group

La construcción con madera, en general, y con madera contrachapada en particular, forma parte del futuro. Pfeifer sienta las bases en el centro de Schlitz: Allí, en las instalaciones más modernas, partir de mediados de 2019, comenzará la producción inicial de 50.000 m³ anuales de CLT (= Cross Laminated Timber) terminada. El pleno funcionamiento prevé que la capacidad se duplique hasta los 100.000 m³, dependiendo de la demanda del mercado. De ese modo, Pfeifer se convertirá en el quinto mayor productor de CLT de Europa.

Hay pocos precedentes de que una gran tendencia haya cambiado tanto el sector de la construcción internacionalmente en tan poco tiempo: un 17 por ciento de crecimiento anual desde 2008 en el caso de la CLT. Globalmente. El Grupo Pfeifer responde a la enorme demanda del mercado e invierte 25 millones de euros en un centro de producción de CLT altamente moderno en el centro de Schlitz con el fin de integrar la competencia en madera contrachapada en el grupo empresarial. En la primera fase de ampliación se crearán 55 PUESTOS DE TRABAJO NUEVOS. Al mismo tiempo, el centro vecino de Lauterbach se utilizará como proveedor central de Schlitz. El volumen de inversión ascenderá a un importe de dos cifras de millones y generará 15 puestos de trabajo nuevos. timber ha hablado con Josef Dringel, el director del proyecto CLT, acerca de la motivación y las condiciones generales para su incorporación al prometedor segmento de la CLT, la elección de la ubicación y la futura gama de productos.

Josef Dringel es gerente de los dos centros de Pfeifer en la República Checa —Chanovice y Trhanov—, director de proyecto de la producción de CLT en Schlitz y, desde el 1 de enero de 2018, junto con Michael Pfeifer, es gerente de Pfeifer Timber GmbH.

Señor Dringel, Pfeifer lleva varios años abordando el tema de la CLT. ¿Cuáles han sido los motivos por los que la producción se ha puesto en marcha?

Dringel: En primer lugar: Las cifras hablan un lenguaje inequívoco. El mercado de la madera contrachapada se ha desarrollado de una forma mucho más dinámica que lo previsto y hasta las previsiones de los conocedores del sector más optimistas han resultado acertadas. Es algo que —pongamos— hace diez años no podíamos imaginar. Además, la CLT se demanda en el mundo entero. La construcción en madera seguirá creciendo globalmente de forma constante a causa de acontecimientos demográficos y sociales —palabra clave falta de espacio habitable en núcleos urbanos, palabra clave flexibilidad y estética de la madera como materia prima, palabra clave balance energético y reserva de CO2. También se ha hecho mucho en lo relativo a la normalización del producto. Todos estos factores han dado lugar a adoptar la decisión de la incorporación de Pfeifer a la producción de CLT. O sea, que a principios de 2017 comenzamos con el proyecto. El momento es el idóneo. Pfeifer se convertirá finalmente un proveedor integral del sector de la edificación en madera.

¿Qué trabajos preliminares ha habido que efectuar hasta el momento, incluyendo los relativos a la distribución?

Dringel: En primer lugar había que responder a la pregunta de si la CLT es esencialmente adecuada para nosotros. En principio, había que responder afirmativamente, ya que con la madera laminada encolada, la madera para la construcción y los tableros de madera maciza, hoy en día ya somos un proveedor importante de productos estructurales para la construcción en madera. Con la CLT completamos la gama de productos en torno a un producto con un fuerte crecimiento y consolidamos nuestra posición en el mercado. La CLT se adapta muy bien a nosotros. Pero tenemos que integrarla o reorganizarla dentro de las estructuras de producción y distribución que ya tenemos establecidas. Ya que la CLT, o los elementos de CLT, no se fabrica como un artículo o producto de almacén estandarizado, sino que se hace estrictamente bajo pedido. La estructura de la clientela también es distinta. Pero para este nuevo producto, el comercio seguirá siendo nuestro principal interlocutor. La distribución podrá efectuarse parcialmente a través de las estructuras y colaboraciones actualmente existentes. Como segunda vía se contempla colaborar directamente con socios de la industria y el sector por proyectos.

En el segmento de la CLT, la ejecución de los pedidos requiere la correspondiente ingeniería, una sólida interconexión —también digital— y una logística sumamente precisa. ¿Cómo va a gestionarlo Pfeifer?

Dringel: Nuestro objetivo no es establecer una gran empresa de ingeniería. El punto de intersección entre la producción o la preparación del trabajo y la distribución será un departamento interno. Además de la clásica ejecución de los pedidos, esté también prestará el apoyo técnico necesario. Al mismo tiempo, adjudicaremos servicios de ingeniería a despachos técnicos externos asociados y gestores de producto competentes apoyarán a nuestros clientes y al equipo externo de Pfeifer en la ejecución de los pedidos y los proyectos. Consideramos que la interconexión continua en materia de TI de todo el proceso de ejecución del pedido, combinada con breves periodos de respuesta a las consultas de los clientes y con una ejecución rápida, es un factor fundamental para el éxito. En materia logística podemos recurrir a la elevada eficiencia acreditada de nuestras estructuras.

Michael Pfeifer

director general del Grupo Pfeifer

«Al contrario que la MLE, que esencialmente suministramos a seis de los principales países europeos, la CLT se demanda globalmente. Es el momento ideal para comenzar la producción de CLT.»

La CLT abre posibilidades de aplicación y perspectivas creativas completamente nuevas para la arquitectura y para todo el sector de la construcción.

¿Por qué motivo la elección final recayó en el centro de Schlitz?

Dringel: Estaba claro que Pfeifer llevaría este proyecto a cabo en Alemania, cerca de la serrería de Lauterbach, con el fin de poder incrementar el valor añadido mediante la transformación de la madera aserrada. En Schlitz ya disponemos de toda la infraestructura con naves de producción, superficies exteriores, un almacén de expedición e instalaciones de calefacción o secado para la madera aserrada, lo que supone una enorme reducción de los costes de inversión y de los de los gastos corrientes. Por otra parte, en Schlitz gozamos de una ubicación central en Alemania, que es el principal mercado de Europa, y estamos relativamente cerca de mercados que están experimentando un rápido crecimiento, como el de Gran Bretaña y el de Escandinavia.

La ampliación de la fábrica se realizará en dos fases. ¿Podría hacernos un bosquejo de ellas?

Dringel: En una primera fase alcanzaremos una capacidad de 50.000 m³ de CLT acabada, lo que aproximadamente equivale a utilizar unos 65.000 m3 de madera aserrada. En la segunda fase, la capacidad se duplicará hasta alcanzar los 100.000 m³. La inversión necesaria para el funcionamiento pleno es previsible y ya estamos sentando las bases para realizarla. Tras una etapa de puesta en marcha y aceleración, se tiene previsto realizar una operación en tres fases en instalaciones altamente automatizadas. Debido a los dilatados periodos de entrega de la maquinaria —que ya se ha encargado—, la puesta en marcha tendrá lugar en mayo de 2019. En la primera fase de la ampliación crearemos un total de 55 puestos de trabajo nuevos en Schlitz.

En lo referente a la gama de productos: ¿Qué dimensiones y calidades de CLT o de elementos de CLT ofrecerá Pfeifer?

Dringel: Como recién llegados, queremos aprovechar nuestras nuevas instalaciones de la mejor manera posible. Por ello, vamos a producir tableros de gran formato en los tamaños de uso más habitual, es decir, como elementos de paredes, techos y tejados. Con ello cubriremos entre el 85 y el 90 por ciento de la demanda del mercado. Transformamos madera aserrada de pino y abeto en CLT con una anchura máxima de 3,10 m, una longitud máxima de 14,5 m, un grosor de entre 6 a 30 cm y de entre tres a siete capas. Todo ello en tres calidades: industrial, industrial vista y vista, en todos los casos, en un acabado lijado. No queremos construir estructuras más anchas, más altas y más largas y tampoco tenemos que hacerlo. Sin embargo, cabe la posibilidad de ofrecer una mayor personalización si, por ejemplo, introducimos tableros de madera maciza de producción propia para la cubierta de una mayor variedad de superficies.

Los competidores del mercado ya están suministrando elementos acabados que incluyen puertas, ventanas, etc. ¿Hasta qué punto desarrollará o ampliará Pfeifer el grado del prefabricado?

Dringel: Nos consideramos, sin lugar a dudas, un proveedor de tableros en bruto elaborados con una alta eficiencia y de la calidad que el mercado demanda. Estos se ensamblarán conforme a los pedidos de forma automatizada y —cuando se trate de peticiones especiales— manual en nuestro moderno centro de ensamblado por control numérico computarizado, con aberturas para puertas, ventanas, fresados, incisiones o aberturas para el sistema eléctrico, las tuberías, etc. Tras la selección y preparación de los elemento de CLT, los embalamos de forma consistente y los transportamos en posición horizontal al cliente o promotor en el mismo orden en el que vayan a utilizarse en la obra. Somos conscientes de que el grado de prefabricado seguirá aumentando. De ahí que ya estemos manteniendo conversaciones con socios para colaborar en fases de desarrollo orientadas a conseguir intensificar el valor añadido de determinadas aplicaciones normalizadas.

¿En qué ámbitos considera que la CLT se empleará principalmente? Hoy en día ya se alude a la madera contrachapada como «el hormigón del futuro».

Dringel: Una denominación que desde luego no me agrada. Ya que, en un futuro, además de la construcción de fábrica en madera, la construcción de fábrica mineralógica o la de acero también estarán justificadas dependiendo de los requisitos del proyecto o del objeto cuando se atienda a criterios tales como la protección antincendios, la insonorización o la cubierta de aislamiento acústico. Se trata de seguir desarrollando tecnologías híbridas, es decir, varios materiales de construcción con diversas resistencias para combinarlos en un sistema de construcción y abrir así nuevas posibilidades para la arquitectura. Como siempre: lo importante es la combinación, también en lo que a la estética se refiere. El principal ámbito de aplicación de la CLT serán, con toda seguridad, edificios de varias plantas (tales como viviendas), edificios para usos profesionales (oficinas, hoteles), edificios comunales como escuelas, jardines de infancia o residencias asistidas, entre otros muchos. Es precisamente en estos ámbitos en los que la construcción normalizada resulta muy positiva y queremos seguir impulsando esta normalización. Otros usos son la ampliación o poscompactación de todo tipo y dimensiones en el entorno urbano. Y naturalmente, no debemos olvidarnos de la construcción de viviendas particulares.

«La CLT es el producto más innovador de la cadena de valor añadido del Grupo Pfeifer y tiene el mayor potencial de futuro.»

Josef Dringel, director del proyecto Pfeifer CLT Schlitz

¿Cuál es la acogida de la CLT de Pfeifer por parte del mercado?

Dringel: Muy positiva. Debido a la gran demanda, la CLT es actualmente un artículo escaso. Y además ya está llegando demanda. Naturalmente, todavía es un poco pronto para ello.

Lleva más de 15 años trabajando con madera contrachapada. ¿Qué es lo que personalmente le fascina de esta materia prima?

Dringel: La CLT combina las numerosas ventajas de la madera con una serie de avances tecnológicos que permiten un elevado grado de preacabado y un sistema de construcción rápido y seguro. Estas ventajas responden a acontecimientos demográficos de alcance mundial que abogan por un crecimiento sostenible de la construcción en madera. Gracias a la CLT, la altura y las posibilidades de estructuración arquitectónica de los edificios construidos en madera ya no tiene límites. Por eso considero que la madera contrachapada es realmente una de las mayores innovaciones en el sector de la construcción. La CLT es el producto del futuro.

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